Tres historias se hilan en un día donde el aire es denso y malos augurios anuncian el desastre: un eclipse solar acecha la región como un monstruo que viene a devorarse el sol, el monte y a todo aquel que se atreva a mirar. Con este argumento, “El día invisible”, cortometraje de la directora Agustina Sánchez Gavier, terminó de filmarse la semana pasada en Oberá.
“Siguiendo a los tres personajes de la historia, que son los que se animan a salir de sus casas, se va revelando un contexto desolador, en donde la tala de árboles, la contaminación de los ríos, forman esa realidad mórbida que habitan y asusta”, amplió la directora acerca de la obra, una conjugación de drama y misterio. “…Se retratan tres formas de ignorar -la realidad-, cada personaje retrata una forma: el que ignora con conciencia y sufre por eso, el que ignora sin saber pudiendo saber, y el que ignora con una inocencia pura, que es la del niño”, agregó.
Gavier es oriunda de Oberá, vive en Alemania desde hace más de 10 años, y este cortometraje es la tesis de finalización de su carrera en la Academia de Artes Multimediales de Colonia -de ese país-, y que decidió realizar aquí. “El deseo de filmar en Misiones estuvo siempre para realizar cualquier proyecto, pero bueno, vivía demasiado lejos lamentablemente. Y en realidad se dio también porque en una de mis últimas venidas acá a Argentina… me sucede lo que después viene a ser una de las escenas de ¨El día invisible¨, donde el personaje del niño se encuentra con pertenencias de alguien y no ve a nadie, y a mí me sucedió algo similar en el Cuñá Pirú”, una situación en la que le pareció sentir una presencia invisible, algo que ella no estaba viendo. “Y en ese momento pensé ‘no, tiene que haber sido un monstruo’, y algo similar me sucede cada vez que vengo a Misiones y la veo con menos monte. Pero bueno, esta vez lo pienso a la inversa, el monstruo viene a ser el hombre del agronegocio”, contó acerca de cómo surgió la historia. Con la idea más desarrollada, aplicó y obtuvo fondos del Instituto de Fomento Cinematográfico Alemán, permitiéndole venir a filmar a Misiones.
El cortometraje, realizado íntegramente en 16mm, es una de las características que sobresalen. La elección tuvo que ver principalmente con la forma en que la directora percibe este formato: “tangible, donde sucede química realmente, es un celuloide, material negro que recibe luz y se transforma en imagen, es para mí magia pura”, sostiene. Gravier también explica que, “lo pensé desde un primer momento como una contribución muy importante a esta historia donde suceden muchas cosas, en muchas dimensiones, como que hay muchos seres en el aire, hay mucha magia en el aire, y siempre me imaginé eso, que este formato iba a ser como el más coherente, el que mejor va a saber retratar esta historia invisible…lo contrario a un formato digital que es invisible, que retrata algo visible”. A la textura que ofrece el formato, la directora destacó también la dinámica que conlleva filmar en 16mm, donde se debe ensayar muchas veces y estar seguro de cada escena, ya que el tiempo de filmación que permite este soporte es limitado. “Fue un aprendizaje también en cómo ir pensando la película en el rodaje”, comentó.
De 10 años a hoy, Gavier vio a la distancia y con felicidad el desarrollo y crecimiento de la actividad audiovisual en Misiones, todos los proyectos y las películas que se filmaban en la provincia. Cuando ella se fue a Alemania, señaló, “no había todo lo que hay ahora, es impresionante cómo se conformó acá un universo audiovisual muy importante, con toda razón, porque… ¡quién no quiere venir a filmar a Misiones realmente! Tiene mucha coherencia para mí que se haya formado este polo audiovisual acá, por todo lo que significa Misiones, por la ubicación, por el territorio, por la belleza de la naturaleza, y la cantidad de historias que hay acá”. Durante el rodaje conoció a un grupo de personas con las que trabajó de manera muy amena y agradable. “Y bueno, imaginate hoy la felicidad que tengo de finalmente venir a filmar a casa, y encima, ahora volverme con el corazón muy lleno, de una experiencia que fue muy hermosa y estoy muy agradecida”, finalizó.
“El día invisible” se rodó en la ciudad de Oberá, Los Helechos, Villa Bonita, Barra Bonita y Panambí, con un equipo técnico y artístico casi en su totalidad misionero. Contó, además, con el apoyo de la Comisión de Filmaciones del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones.