La Policía de Misiones investiga el robo de una importante suma de dinero de un auto en Oberá con esta modalidad. Según indicaron no sería el único caso bajo este sistema.
Días atrás, la Policía tomó conocimiento a través de una denuncia efectuada por un hombre de 49 años, a quien le habrían sustraído 150 mil pesos del interior de su vehículo.
Un abogado local denunció en la seccional Primera que le abrieron la camioneta a metros del supermercado El Cóndor de Oberá, donde paró unos minutos para hacer compras. Los delincuentes utilizaron un inhibidor de frecuencia que bloquea el cierre centralizado, haciendo creer al dueño del vehículo que quedó llaveado.
«Paré 5 minutos frente al super para comprar algo el viernes a las 20 hs y me robaron 150.000 pesos del auto. Usaron un inhibidor de frecuencia. Me di cuenta al otro dia e hice la denuncia», contó relatando que en la sede policial le dijeron que «tuve suerte que no se llevaron el auto, que es habitual, y que unos días antes intentaron robar un auto así frente al banco Macro del centro. Trabajan en horarios pico, en lugares concurridos, te bloquean el cierre centralizado y pensás que cerraste pero no es así», describió el denunciante.
Es habitual el caos de tránsito frente a ese supermercado, máxime en los primeros días del mes, y esto es aprovechado por los delincuentes. «La municipalidad hace vista gorda con El Cóndor, ese lugar es un desastre», se quejó añadiendo además que «la policía debería prevenir, ya hace tiempo que estos delincuentes operan en supermercados, no debe ser difícil atraparlos», analizó.
Se instruye sumario Judicial en la Seccional 2da con intervención del Juzgado Uno de Oberá. Se están verificando cámaras de seguridad de todos los lugares donde estuvo entre esos días señalados.
Cómo funciona: el delincuente se hace el distraído, acciona el aparato e interrumpe la señal que va del control remoto de la alarma al auto. El dueño del vehículo se va creyendo que lo cerró. En pocos minutos el ladrón ingresa al coche, roba todo lo que puede, cierra la puerta y se va. Cuando el propietario vuelve, encontrará las puertas cerradas como las dejó pero con el interior revuelto y ya sin sus pertenencias.