Karen Lopera Rivera pasó por CUENTAS CLARAS, para contarnos sobre su viaje en bicicleta desde Colombia hacia Ushuaia. Un viaje que no es solo por placer, sino que ya es su estilo de vida.
Ella es ecuatoriana y llegó a Oberá casi por casualidad, ya que su itinerario no incluía a la provincia de Misiones. Pero algo cambió cuando visitó Cuzco en Perú, donde conoció a las misioneras Silvia y Pinky, con quienes trabó amistad y quienes le recomendaron que no dejara de pasar por la provincia. Ella aceptó y hoy, visitando unos días Oberá, no se arrepiente de su decisión.
El viaje de Karen inició en agosto del 2019 en Medellín (Colombia), junto a Iván, un compañero de ruta que ya tenía experiencia en estas travesías. “A los 37 años me cuestioné cuando empezaría a cumplir mis sueños. Para ese entonces ya había logrado todo lo que me había propuesto, profesionalmente, personalmente, y entonces me di cuenta de que debía darle chance a los sueños”.
Al principio, Karen había pensado en iniciar su periplo como mochilera, pero finalmente decidió hacerlo en bicicleta. “Siempre fui deportista, pero la bicicleta solo la usaba para transporte urbano”, reconoció. Hoy, su bici es su bien más preciado.
El recorrido inicia en Medellín, recorrió varios puntos de Colombia y ahí comenzó a bajar al sur. Luego llegó el turno de Quito (Ecuador), en donde vive su madre. Desde allí ingresó a Perú, pero fue justamente en Cuzco donde tuvo que restringir sus actividades debido a la pandemia del Coronavirus. “Pero para mí era parte del viaje el vivir esa experiencia también”, reconoció.
El 1º de septiembre de 2022 retoma su viaje hacia Ushuaia, pero cambiando su ruta para poder pasar por la provincia de Misiones. Después de recorrer Bolivia, ingresó a la Argentina junto a su gato al que adoptó en Cuzco. En la provincia de Salta, una familia acoge a la biciviajera y ella decidió quedarse poco más de un mes. Ella decide continuar su viaje, pero la familia salteña se hizo cargo del gato de Karen y solo esperan su regreso.
Muy pronto, Karen volverá a subirse a su bici y emprenderá su regreso a las rutas. Su primer objetivo sigue siendo en tierras misioneras: Las Cataratas del Iguazú. Luego tiene planeado pasar a Brasil, para continuar por Uruguay y desde allí volver a la Argentina por Buenos Aires. El siguiente paso será volver a ver a su gatito en Salta para, finalmente, tomar la ruta directa hacia Tierra del Fuego. “Esto me sirve para conocer esta parte de Argentina que la mayoría no conoce y que es super linda, con mucha vegetación”, reconoce. Y la gente, “me he topado con gente que me ha llevado a conocer sitios que no podría haber conocido solo andando en la bici. Desde que estoy en la Argentina no paro de decir que su gente es muy amable, generosa, y me ha ayudado en todo momento”.
Emprendedora en la ruta
Para solventar su viaje, Karen se reconstruyó y comenzó a pintar. Y sacando a relucir su veta de emprendedora, desarrolló –durante su viaje- una línea de indumentaria para ciclistas.
Antes de iniciar su viaje se dedicaba a la publicidad (es Licenciada en Publicidad y estudió marketing). Trabajó en agencias y luego se independizó, desarrollando actividades como comunity manager.
“Ya me sentía cumplida con los objetivos que me había planteado. Yo creo que el viaje te ayuda abrir la cabeza. No te da miedo de trabajar de nada, siempre y cuando sea honesto. A mí me gustaba la pintura desde siempre. Tengo herencia porque mi abuela es artista, pero nunca había pintado en serio”.
Lo que busca Karen es que su línea de ropa tome fuerza y que ella se pueda mantener económicamente con esto. Acá te dejamos el enlace para que puedas seguirla a través de la red social Instagram: https://www.instagram.com/elgatoconshigra/
Un viaje, un legado
“Este viaje me ha abierto muchísimo el corazón y el alma. Espero que mi viaje no sea solo un paso, sino sea el poder dejar un legado, sobre todo a las mujeres. Que sepan que se puede cumplir un sueño si tu te lo propones, así seas mujer. Se puede hacer, tomando las precauciones porque estamos en un continente latino que es más machista. Si tomas precauciones, no tiene porqué pasarte nada”, afirmó la ciclista.
Por otro lado, Karen aseguró que vive el día a día en la ruta. “El viajar así te da, primero, la posibilidad de ser dueño de tu tiempo. Como vas despacio, aprendes a valorar cada instante que estás viviendo. La bicicleta te da muchísima independencia también. Yo no tengo un tiempo definido para estar y por eso puedo tomarme los días que quiera donde quiera y pedalear el tiempo que quiera”.
Como si todo esto fuera poco, está escribiendo el libro sobre el viaje, un viaje que tiene un destino pero que va cambiando su ruta. “La ruta me trajo a Oberá y yo no tenía planeado eso. Sé que hay cosas que pueden suceder en el camino y yo estoy abierta a que sucedan”.
Simplemente, para Karen, “es un viaje, es un paseo, y tiene que ser un disfrute, con todo lo duro que pueda haber detrás, tienes que disfrutarlo porque si no, para qué lo haces”.