La Diseñadora industrial Mara Koziarski lleva adelante la puesta en valor de la marca Parque de las Naciones con una nueva iniciativa, que incluye el posicionamiento de una vidriera física y virtual todo el año.
La marca Parque de las Naciones se sigue posicionando como un sello patrimonial y cultural desde la ciudad de Oberá hacia toda la provincia y el país. En ese marco, se van gestando nuevas iniciativas que incluyen a emprendedores locales y representan un aporte significativo a la identidad.
Mara Koziarski, es ingeniera industrial y es la encargada de poner en valor la marca. Para ello, lleva adelante una ardua tarea con el fin de generar una tienda –tanto física como virtual – destinada a la venta de objetos característicos de los inmigrantes.
“Desde Federación me invitaron este año a participar, con una mirada puesta en el diseño. La marca nace como una intención, que permita ser funcional el Parque en todo el año. Uno de los objetivos que se desprende es la creación de una tienda de objetos para mostrar la relación entre el ecosistema emprendedor, la producción local, la materia prima y la identidad inmigrante”, señaló la ingeniera al respecto.
Asimismo, indicó que la primera etapa está enfocada en la edición de “Viví el Parque en Invierno”, a modo de “aproximación al objetivo final, que es la creación de una tienda que funcione todo el año, destinada a los turistas y que sea una vidriera que vincule a emprendedores locales con la diversidad cultural característica de los obereños”.
“Cuando uno viaja a los destinos, siempre quiere volver con un recuerdo. Esta fue la idea, generar esta nueva colección de objetos que plasme el sentimiento de pertenencia que tenemos los obereños. La idea fue comenzar a trabajar en cómo comunicar esta identidad inmigrante en producciones”, afirmó.
En tanto, manifestó que para llevar a cabo este gran trabajo, se realizaron talleres con las emprendedoras, estableciendo paletas de colores y fuentes de inspiración para las creaciones. “Pensamos en los rituales que tenemos en las familias. Es difícil imaginar algún elemento relacionado al pasado sin pensar en un ritual, en las danzas, la música, los bordados, por eso la idea fue enfocarse allí”, agregó.
Los materiales de trabajo son múltiples: desde madera, hasta cerámica e incluso piezas textiles. Todo sirve para plasmar esta identidad obereña inmigrante y desarrollar los productos que luego serán comercializados. “Hay una gran puesta en valor de la materia prima de acá como también de la mano de obra local, generando un punto estratégico en Oberá y apuntando a futuro a llegar a la ruta nacional del inmigrante”, concluyó Mara.